Por: Cesia Menocal
Egresada de Relaciones Internacionales
El discurso político seduce al oyente y a sus emociones, reduce la importancia argumentativa de los mensajes, haciéndolos lo suficientemente ambiguos, pero a la vez ornamentándolos con recursos estilísticos. En ese sentido, prima la persuasión y seducción sobre el convencimiento.
El uso del poder y el poder ejercido sobre los discursos tiene mucho que ver puesto que, se logra penetrar y controlar la mentalidad de los receptores y consigo, sus acciones. Todo eso gracias a la dominación discursiva de los emisores, que logran manejar y controlar las representaciones mentales y sociales de toda una población.
En los discursos pronunciados por Juan Orlando Hernández se identificaron 309 frases con contenido retórico, 168 y 141 para el 2013 y 2017, respectivamente, representando el primero un 54.37% y el segundo un 45.63%.
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